La lluvia siempre ha sedado mi espíritu, pero desde ayer la tormenta no rebienta y el aire está espeso y húmedo.Podríamos pasear en una barcaza por cualquier río de África o China sintiendo el mismo sopor que clausura este septiembre y con él este verano.
El tiempo también se espesa en una tarde de nata y una noche que no termina jamás de romper en ningún amanecer. Todo es de una turbia niebla amarilla y violeta.
Mi mirada se pierde entre las hojas del árbol del arriate bajo mi ventana y con ella buceo quién sabe dónde.
Aleteo de búho.
Canto de mirlo.
Picoteo de gorrión.
Copa de encina.
Cima depino.
Viento de agua.
Nube de bruma.
Vuelo de pez.
Resol,sol,resplandor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Alguien habrá que algo dirá.