¡Miradme!
¡Abridme en canal, exhibidme!
No permitáis que pasee sin mostrarme,
que muera sin saber quién soy,
y qué deseo.
¡Impedidme que me esconda tras vosotros!
Si de verdad me amáis
obligadme en mi dolor
a vivir.
Expulsadme del círculo
familiar y seguro.
Atadme a la libertad
siempre perdida y jamás buscada
de la que escapo con frenesí responsable
las mañanas, las noches y las tardes.
Lanzadme al mar,
al sol y al aire.
Si en verdad me amáis,
dadme el pan y la sal
y abrid la puerta.
Está claro que la puerta la abre uno mismo,dejando fuera los miedos y las dudas.
ResponderEliminarSiempre ha estado abierta. Un beso,hermana.
A parte de "miradme", yo pondría"leedme" por que tu poema es muy bueno...
ResponderEliminarun beso
A veces nos perdemos en nosotros mismos, y tenemos ganas de que alguien nos dé un empujoncito para aparecer. Abrazos
ResponderEliminarMe encanta el final... el amor también es dar libertad
ResponderEliminarQue nunca encuentres ninguna puerta cerrada
Gracias a tod@s por abrir las puertas y ventanas sin poner condiciones; y bienvenido y bien hallado Roberto:nos leemos.
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