Al volver del trabajo he pensado qué iba a preparar de cena y he recordado el revuelto del sábado junto a la chimenea.
Hundiéndose mis pies en las hojas de los castaños, secas de otoño y empapadas de lluvia
Escondiéndose entre raíces y musgos los níscalos, tentullos y gallipiernas
Me alegraron la mañana las amarillas chantanelas y el rebentón anaranjado níscalo.
Hay que aprovechar que esta mañana ha escampao y secar las ñoras
Cargada con mi cesta me paro en el bar de la plaza y muestro mi cosecha, más por precaución e instinto de supervivencia que por vanidad por las piezas cobradas.
Y charlamos sobre el tiempo delante de un botellín.
Un excelente plan para un día de otoño,hermana;espero que disfrutaras con esas ricas setas que vemos,pero cuidado con las que eliges eh ;-)
ResponderEliminarQué buenos augurios presagian esas fotos,quieren decir que la naturaleza sigue su ciclo.:-)
Un besote.
Que grande es el campo, y comer de él. Sentir en los labios la tierra y sus frutos.
ResponderEliminarSaludos!
Hola Rosa.
ResponderEliminarYo no conozco apenas las setas.
Quitando las inconfundibles colmenillas, pero tan difíciles de encontrar.
También las de chopo.
Hace unos días encontré una gran cantidad de estas últimas, pero las metí en lo que tenía a mano: una bolsa. Y llegaron con tan mala pinta a casa que no nos atrevimos con ellas...
Un abrazo y buen provecho.
Queridos amigos, lo importante no es comerse unas setas sino todo lo que hay que hacer para encontrarlas.
ResponderEliminarBesos. Os invito a pasear y descubrir.
¡qué gozada!
ResponderEliminar:)