y sacudir las costuras
de las plantas de los pies.
No corras las cortinas
de alas de mariposas,
me pintarán sus escamas
el alma en la frente.
En el fragor ardiente del levante
las ventanas abiertas a la noche:
No hay más remedio que
dormir dejando el corazón al aire.
Rosa Mª García Vázquez. |
Y si es el aire del mar, mejor... Abrazos
ResponderEliminarqué remedio tan maravilloso...
ResponderEliminarabrazo
Muy bonito.
ResponderEliminarUn beso
El corazón al viento como una cortida movida por la brisa... ufff demasiado.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.