Rosa Mª García Vázquez |
Se expande, se contrae,
se enfría en la oscuridad
y se calienta bajo la luz.
La cristalina y tintineante infancia
de brisas en primavera,
se tornará levante en verano,
poniente en otoño;
helándose en invierno.
El calor lo fundirá
dejándolo escapar
entre las comisuras de la boca.
Y libre al fin, el viento,
cerrará los candados del horizonte.
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