Rosa Mª García Vázquez |
Soñaste que jugábamos juntas
deslizándonos por la barandilla de
la escalera.
Yo presumía de atrevimientos
infantiles
que acaban en descalabro.
¿Por qué te preocupas por mí
incluso en sueños?
La felicidad de sentirme querida
me abraza.
Reímos hasta llorar
cuando lo cuentas.
Dos viejas niñas sentadas
al pie de la escalera.
Hermoso sueño nutrido de recuerdos. Abrazos
ResponderEliminarUn saludo Ligia, me encanta tenerte por aquí, gracias por tu comentario. ¡Por fin un poema alegre! Parece mentira con mi curriculum...
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