Cuando pienso en algo que puede identificarme a lo largo de toda mi vida, siempre aparece la palabra azul.
Suena como una pequeña ola que sin fuerza, derrotada en la orilla, regresa al mar.
Huele a cielo sin nubes en un amanecer de verano.
Sabe a sal y sol.
Y yo cierro los ojos y me veo como soy en realidad, plena y sin deseos o necesidades:
SOY AZUL
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