¿CRISIS?

Como un frágil cristal noto

mi vida

que se desmorona entre miedos reales:

miedo a que la seguridad social no tenga dinero cuando yo tenga que cobrar mi pensión, miedo a que los transportistas vuelvan a paralizar el país con grandes pérdidas para productores, fabricantes y público en general, miedo a que el dinero se esconda en los bancos y se inmovilice de tal manera que el escaso y precario empleo acabe por desaparecer inundando el país de parados sin subsidio, miedo a perder lo poco que ahorré por causa de una hipoteca que quizás no pueda alcanzar a pagar algún día y acabe perdiendo mi casa, miedo a las revueltas, los indigentes, los nuevos delincuentes, miedo al caos...

Respuestas de políticos que esconden y juegan con la verdad inventando poseer la lámpara de Aladino que conseguirá resolverlo todo, hasta lo que otros llaman crisis, mientras los demás avivan el fuego del inconformismo porque no pueden aportar verdadederas soluciones.

Ilusos e ilusionistas que creen que escondiendo la cabeza bajo la almohada y echando una buena siesta hasta que todo pase no serán rozados por la guerra de la realidad.

Silencios de empresarios, silencios de obreros, silencios de inmigrantes, silencios de funcionarios, silencios de padres y madres de familias.

Y para gritar el fútbol, la botellona, la calle...

Sólo sé que mi mundo se desmorona, que tu mundo se desmorona, que nuestro mundo se desmorona, y sólo buscamos culpables, y siguen siendo las ratas las primeras que salen del barco cuando este se hunde.