La Gitana

Como la carreta de una gitana, buhonero de vidas perdidas....

Guardo en mi casa una triste colección de: títeres sin cabeza, campanas sin badajo, carricoches sin ruedas, tornillos oxidados, latas viejas y abolladas de pintura reseca, lápices sin punta, cuadernos gastados, llaveros sin llaves, bolsos sin cremalleras, jerseys con bolitas, linternas sin pilas, muñecas desnudas y sin ojos, discos rayados, ollas sin asas, ...

Todo atesorado por miedo a que me falte: el boli que pinta, la hoja en blanco, el cariño de una hermana, el beso de mi padre, la libertad, la risa, el reconocimiento, la amistad, la poesía , la vida, ...

Desde las ventanas de mi torre, cerradas a cal y canto, me convierto en un gigante egoísta que gruñe para pedir y quita por regalar.

Leo en libros como es el mundo e intento adivinar a qué sabe un amante.

Me imagino un Licenciado Vidriera que fragilmente se romperá al ser rozado por el calor humano.

Torres más altas cayeron.

Cada paso que doy subo un escalón más alto y más alejada se queda la realidad del suelo firme de piedra.

Así somos los que nos vamos haciendo viejos.

Los que vivimos de los recuerdos...