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Todas las fotografías y poemas publicados en este Blog han sido realizados por Rosa María García Vázquez. Se permite la publicación de ambas (poemas y fotografías) siempre que en los créditos correspondientes haga referencia a "Tesela" y a su autora, bajo el expreso conocimiento previo de ésta. Queda prohibido lucrarse con los contenidos publicados en este Blog.
rosamigarcia@yahoo.es
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lunes, 9 de junio de 2008
Torres más altas cayeron
Siempre me han dado miedo las alturas, aunque siempre me atrajeron con una curiosidad manchada de morbosidad.
Me eleva hasta lo más alto sentir la brisa en mi cara y sueño que vuelo, despierta, cerrando los ojos.
Poner distancia, despegarme de todo y de todos,soltar lastres,olvidar...
Desatar las cadenas de las responsabilidades, los problemas, las necesidades, las búsquedas.Caer en la trampa del desapego, la ilusión,los espejismos,el olvido...
Caer en la trampa de volar, de creer que hay un cielo.
Sentirme arriba en lo más distante:señora de mi torre, a salvo de afectos y despechos, de amores y desdenes, de premios y castigos, de la vida a salvo...
Pero la soledad y el abandono son aún más duros que la vida.
Son fuegos fatuos los felices instantes del vuelo, la señora que engañada cree que posee su feudo, las tierras que se otean desde su torre.
Nada que no sea vivido es poseído, nada que no sea amado te pertenece; pero es más cierto aún que no existes si nadie te posee, si no destruyes atalayas y te encadenas a la certidumbre de la tierra como hacen los árboles, y al cielo, que vuelen las campanas.
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no es la tierra y su posesión también un fuego fatuo ?
ResponderEliminarquizá las raíces amarradas al viento sea el término medio adecuado... o quizá mejor sea decir que no existe certidumbre de nada, salvo el instante en que se piensa
un beso
Son preciosas tus palabras. Yo prefiero los pies en la tierra, me da más seguridad. Pero me imagino que debe ser una sensación tremenda la de volar. Un abrazo
ResponderEliminarBellísimo texto,hermana;creo que somos muchos los que nos hemos sentido así muchas veces.
ResponderEliminarAltos como torres, pero descubriendo que también necesitamos firmes cimientos para mantenernos en pie.Hermosa reflexión.Un beso.
Me identifico plenamente con tus palabras, por lo del vértigo y a la vez, por la atracción.
ResponderEliminarSaludos
Hola Rosa.
ResponderEliminarHe ahí el dilema, el gran dilema: quedarse aferrado a la tierra sin sentir el miedo vertiginoso de las alturas; o por el contrario, arriesgarse a subir, a mirar desde otra perspectiva (¿superior?)
Difícil equilibrio, difícil disyuntiva.
Abrazo en las alturas.